Acercándome al mundo angélico (parte 4)

El desear comunicarme con los ángeles y arcángeles, el vivir con compasión y el incluir en mi filosofía de vida la práctica del perdón, son tres aspectos que me han permitido avanzar en el camino de evolución espiritual y conexión con el mundo angélico.

Hoy voy a finalizar con el cuarto y último factor que he venido incorporando a mi vida y que se ha convertido en mi trampolín para abrir los canales de comunicación con el universo.

• La práctica de la meditación y el silencio

Con el tiempo he entendido que el universo escucha pero también habla; cuando estoy orando, lo que estoy logrando es que el cielo me escuche y por el contrario; cuando estoy en silencio conectada con mi respiración y mi corazón, estoy dispuesta a recibir los mensajes que el universo desea entregarme.

Tenemos demasiado ruido en nuestro interior, nuestra mente no para de hablar y es precisamente en ese dialogo interno permanente que nos perdemos de todo lo que el universo nos está diciendo. Somos como un recipiente completamente lleno, pero cuando logramos vaciar un poco ese recipiente, dejamos que lleguen cosas nuevas a nuestra vida.

La invitación es que practiquen cinco o diez minutos de silencio y calma, sin presionar, dejando fluir, permitirse ir más allá del tiempo y el espacio y sintonizar con su interior. Siempre tengan a mano una libreta de apuntes y lápiz, para que puedan escribir todo aquello que venga a su corazón en esos momentos de conexión.

El camino espiritual es un camino hacia nuestro auto descubrimiento, los ángeles y arcángeles te acompañan en ese caminar y en la medida que profundices más en ti mismo, vas a encontrar respuestas a tus mayores interrogantes.

Las señales y formas de comunicación que tienen los ángeles son múltiples; por lo tanto, no te afanes ni te juzgues, pide a tu divinidad que lleguen a tu vida mensajes claros, entendibles y repetitivos. Te vas a asombrar, vas a darte cuenta como el universo empieza a responder de la manera más perfecta y divina.